20 ago 2014

¡¡ATENCIÓN: PRIMICIA MUNDIAL SOBRE LOS NAZIS EN UCRANIA!!



¡¡¡URGENTE!!! PARECE QUE HEMOS HECHO UN DESCUBRIMIENTO MUNDIAL. YA SABEMOS DE DONDE PROVIENE EL ESCUDO DE SECTOR DERECHO... ¡¡¡Y LA RESPUESTA ES: DE LOS NAZIS!!! La clave está que los de Sector Derecho añoran los tiempos en los que su país estaba ligado al Imperio Austro- Húngaro (esto es, a la dinastía de los Hohenstaufen). Y curiosamente, existe una división Nazi de las "SS" con ese nombre: Hohenstaufen. La División Panzer Hohenstaufen fue famosa por actuar en el Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial!! EXACTAMENTE EN LA CIUDAD UCRANIANA DE TERNOPOL!!!! NO ES UNA BROMA, VEAN LA INFORMACIÓN AQUÍ MISMO!!! http://es.wikipedia.org/wiki/9ª_División_Panzer_SS_Hohenstaufen




REBATIENDO LAS FALACIAS DE LOS DEFENSORES DE EUROMAIDÁN (Parte I: el Euromaidán)

1.     




 FALACIA 1:  “LA DESTITUCIÓN DE YANUKOVICH FUE RESPALDADA POR LA MAYORÍA DEL
PUEBLO UCRANIANO, MIENTRAS QUE LA PARTICIPACIÓN DE LOS NEONAZIS REPRESENTA SÓLO UN ELEMENTO MARGINAL DE LOS QUE LLEVARON A CABO LA REVOLUCIÓN DE MAIDÁN”.

Esa "destitución" fue en realidad un Golpe de Estado en toda regla auspiciado por E.E.U.U y la OTAN, que contó con la inestimable ayuda sobre el terreno de los partidos y grupos nazifascistas ucranianos, y que fue financiado tanto por diversos oligarcas locales (Kolomoisky por poner un ejemplo) como por magnates extranjeros (Soros). 

La inmensa mayoría de los “pacíficos manifestantes” de Euromaidán eran, como hemos señalado, gamberros que integraban los grupos paramilitares de ideología nazifascista y rusófoba (tales como Pravy Sektor, relacionado a su vez con el partido Svoboda) los cuales provenían casi en exclusiva de la región occidental de Ucrania (Galizia- Volynia).

Imaginen por un momento que en la Puerta del Sol de Madrid se reunieran los gamberros más violentos de los grupos separatistas de Galicia, País Vasco y Cataluña; y que además, gracias a la ayuda de ciertos poderes financieros y oligárquicos- a veces incluso extranjeros- que estuvieran muy interesados en la consecución de un Golpe de Estado en España (convenientemente disfrazado de revolución), se armase a esta turba con todo tipo de material y armamento de guerrilla urbana, desde cascos y bates de béisbol hasta armas de fuego de gran calibre; y que para rematar la faena, los periodistas nacionales e internacionales, quienes trabajarían  para medios que estarían vendidos a los mismos poderes que financian el Golpe, mostraran su apoyo incondicional a estos gamberros violentos, intentando convencer a la opinión española y mundial de que “Se trata de una multitudinaria y legítima manifestación del pueblo español. Vemos como los pacíficos manifestantes se enfrentan con valentía a la opresión del tiránico gobierno…”. Pues bien, sin exagerar un ápice, esto fue exactamente lo que sucedió en Ucrania durante el Euromaidán, sólo que en lugar de gamberros separatistas “de izquierdas” eran neonazis “de extrema derecha”.

Ahora bien, dicha “destitución”, como algunos se empeñan en llamarla, ¿contó realmente con el respaldo de la mayoría del pueblo ucraniano? A esta cuestión yo respondería con otra pregunta no menos crucial: ¿Acaso la mayoría del pueblo ucraniano sabía, o tenía clara idea de lo que estaba sucediendo en su país durante aquellos días? ¿Se informó a la gente como es debido en un momento tan importante, o por el contrario - como suele ocurrir en estos casos- fue brutalmente manipulada bajo una presión mediática asfixiante?

Si trazáramos un “mapa ideológico” de Ucrania veríamos que este país está dividido en tres zonas bien diferenciadas:





1.       LA PARTE NAZI: REGIONES OCCIDENTALES. La población de esta región está culturalmente más apegada a Europa, y es precisamente la que con mayor encono busca la confrontación con Rusia. Y todo hace indicar que fue la que más protagonismo acaparó durante el Golpe de Estado. Decenas de autobuses se fletaban todos los días desde ciudades como Lviv o Ivano- Frankovsk con dirección a Kiev, en los cuales viajaban “activistas” cuyo único objetivo en mente era el de derrocar al gobierno legítimo de Yanúkovich mediante la violencia. Se sabe también que recibían por ello un sueldo diario que oscilaba entre los 25 y los 100 Euros. Como ya hemos explicado en otras ocasiones, es en esta región en donde se idolatran al genocida y colaboracionista nazi Stepan Bandera y a la División de las SS “Galichina” que operaron en aquellas tierras durante la Segunda Guerra Mundial.




2.       LA PARTE “PRO-RUSA”: REGIONES DEL SUDESTE. Se trata de la zona en la que los residentes ucranianos se hallan más apegados a la cultura y las tradiciones del mundo ruso. Su industria de la minería y el carbón, que alcanzó su apogeo en tiempos de la Unión Soviética, sigue a día de hoy fuertemente vinculada a los convenios con empresas rusas que la Junta de Kiev pretende cortar de raíz, lo que supondría la destrucción del modo de vida que sus habitantes han hecho pervivir durante muchas generaciones. Esta región fue la más perjudicada por el Golpe de Estado de febrero, sus pobladores interpretaron aquello como una agresión directa contra sus intereses. Muchos fueron los que desde la región de Donbáss, que cuenta con una población aproximada de 5 millones de habitantes, alertaron de que si no se encauzaba la crisis por vías democráticas y se ponía fin a la violencia, el resultado podría provocar una escisión social que conduciría al país hacia la catástrofe. Pero por entonces ninguna de esas voces fue escuchada, pues para la mayoría de los políticos y periodistas ucranianos y occidentales, la opinión de esa parte de Ucrania no tenía ninguna relevancia. El verdadero “pueblo ucraniano” era el que en ese momento se encontraba combatiendo a sangre y fuego contra el gobierno electo de Víktor Yanúkovich.



3.       LA PARTE CLAVE: KIEV Y REGIONES CENTRALES. Esta es la parte de Ucrania que por naturaleza es más moderada y al mismo tiempo más delicada (y justamente por eso, la que está bajo mayor riesgo de ser manipulada por la propaganda, factor que hay que tener muy en cuenta), dado que está condenada a vivir entre dos mundos antagónicos. Quizá por ello la población de esta zona siempre ha preferido huir de cualquier extremismo y buscar una vía diplomática para aliviar las tensiones y reconciliar al este y al oeste. Sus habitantes han solido apostar por una Ucrania independiente que fuera capaz de mantener buenas relaciones tanto con Europa como con Rusia.



Los verdaderos amos de Ucrania: los oligarcas que financiaron el Euromaidán, manipuladores de la conciencia colectiva del pueblo ucranio.


Pero aquí es donde aparece el gran problema de Ucrania, y es que se trata de un país que, como ocurre en el caso de Grecia, está dominado casi por entero por los oligarcas. El momento crucial se produjo cuando después de saquear al país y dejarlo casi en la bancarrota, una alianza de estos oligarcas decidió dar un giro a su estrategia y buscar su salvación en la Unión Europea, por lo que para ello era necesario enemistarse con Rusia. Es cierto que el propio Yanúkovick era otro oligarca “pro-ruso”, pero no debemos olvidar que esta es una enfermedad endémica de toda la estructura política de Ucrania, presente casi desde el mismo día de su independencia. Ahora bien, ese cambio de estrategia conllevaba un proyecto de “ingeniería social” a medio plazo.  Era indispensable conseguir que la rusofobia instalada en Lviv, capital de la región occidental, fuera trasladándose poco a poco a Kiev… Lo cual para ellos no representaba ninguna dificultad, dado que esta alianza de oligarcas disfrutaba de un casi omnímodo control sobre los medios de comunicación ucranianos (libros de texto incluidos). Y como resultado previsible de ese lavado de cerebro, se consiguió que la población de Kiev, que hasta entonces había optado por una vía moderada y neutral, empezara a ver a Rusia primero como a un extraño, y luego cada vez más como a un verdadero enemigo. Una prueba de la influencia de estos oligarcas sobre los resultados posteriores del triunfo del Euromaidán, fue que justo una semana después de su designación, el presidente autoproclamado de Ucrania, Alexánder Turchínov, tomó una inaudita decisión: destituyó a 18 gobernadores en las regiones orientales del país, nombrando en su lugar a oligarcas para ocupar esos puestos vacantes. Era el momento de devolver los favores prestados.


Por todo ello tenemos motivos de sobra para dudar de que la mayoría de la población de Ucrania, al menos en lo que respecta a la parte más moderada, estuviera al corriente de lo que estaba sucediendo en su país durante aquellos fatídicos días. Y como prueba de ello, tenemos el claro ejemplo del Canal 5, que es precisamente el canal de televisión más popular en Ucrania, cuyo dueño no es otro que uno de los principales financiadores del Euromaidán y actual presidente de Ucrania, Petro Poroshenko.



Por ejemplo, ¿Se hizo hincapié a los telespectadores del Canal 5 del hecho de que los manifestantes más violentos y mejor armados del Euromaidán (es decir, los mismos que convirtieron las genuinas protestas pacíficas en un inferanal y violentísimo Golpe de Estado) provenían todos de la misma región del país (regiones occidentales, esto es, de Galichina- Volynia)?¿O por el contrario, silenciaban este hecho bajo la excusa de que tales manifestantes estaban enmascarados, y que por tanto era imposible averiguar la procedencia de todos ellos?



Ahora vamos a analizar uno de los aspectos más oscuros de este asunto, y que aún no ha sido convenientemente explicado por los periodistas occidentales: ¿Por qué razón las banderas, símbolos e insignias más vistas durante la “revolución popular” del Euromaidán fueron las de Svoboda y Pravy Sektor, cuando los resultados de las elecciones de mayo verificaron que una coalición de ambos partidos  no sumaría ni un 10% de los votos totales? Veamos.


Observe que el símbolo actual de Svoboda  ha ido evolucionando desde el emblema de la división de las  "SS" Das Reich.


Símbolo de Pravy Sektor. Observe que este grupo neonazi, que también fue candidato en las elecciones presidenciales, está basado en el emblema de la División Hohenstaufen de las SS.

Ahora bien, esto es lo que se podía ver durante los días de Maidán. Preste mucha atención.














 De hecho, si a cualquier persona que no estuviera al corriente de los sucesos en Ucrania le mostrásemos las fotos del Maidán y le preguntásemos ¿cuál cree usted que es la oposición aspirante a sustituir al presidente de Ucrania?, seguramente nuestro interlocutor respondería sin dudar "Svoboda y Pravy Sektor". 

Miren ustedes mismos cómo terminó la fase final de la "Revolución popular". Estas imágenes fueron tomadas en el ayuntamiento de Kiev, mostrando a las claras quiénes son los auténticos triunfadores.



...Y como no podía ser menos, los símbolos neonazis no podían faltar a la cita...


Pero ahora viene lo más extraño de todo: resulta que si analizamos los resultados de las elecciones de mayo, observaremos lo siguiente: 



Es decir, que una coalición formada por los tres grupos más radicales del Euromaidán (El Partido Radical, Svoboda y Pravy Sektor) no lograría ni tan siquiera alcanzar un 10% de los votos totales. ¿A qué se debe esto? 

Por otro lado, los defensores del Euromaidán alegan que los resultados de las elecciones sólo muestran que los neonazis que participaron lo hicieron como un "elemento marginal" de la revolución. Pero todo indica que no es así.











CONCLUSIÓN:

¿Bajo qué criterios los periodistas  del Canal 5 de Ucrania definieron al Euromaidán  como “una revolución popular”? ¿Qué entendían ellos en ese momento por “popular”? E incluso suponiendo que la mayoría del pueblo ucraniano se mostrara de acuerdo con destituir a Yanúkovich, ¿significa eso que estuvieran de acuerdo también en los violentos e ilegítimos medios empleados, que fueron los que a la postre condenaron a Ucrania al desastre de la guerra civil? Estas son las preguntas que deberíamos hacer antes de sacar cualquier conclusión sobre los hechos que aquí analizamos.

Aunque con todo lo que hemos expuesto hasta ahora, queda suficientemente claro que la “destitución” o “revolución de Euromaidán” fue un Golpe de Estado perpetrado por violentos extremistas y mercenarios extranjeros utilizados como "la decisiva fuerza de choque", muchos de ellos pagados a sueldo, que como contaron con el apoyo financiero y mediático de (entre otros)  la alianza de oligarcas dirigente en Ucrania, pudo ser presentado ante la manipulada sociedad de ese país como una “revolución popular”.