
"Un
país dividido en dos que Josif Stalin trato de juntar tras la II Guerra
Mundial, haciéndole un flaco favor a la extinta URSS y a la Europa
central, pues odios, rencores y agravios milenarios, siguen tan vivos
como antes."
Por Rilzar Kabriansky
VARSOVIA
--- Ucrania se ha convertido en uno de los países más inestables de
Europa en el siglo XXI, lo que no es ninguna novedad porque se trata de
una región donde han luchado, por siglos sus hijos entre sí, además con
los rusos, polacos, lituanos, alemanes, húngaros y austríacos,
codiciosos de sus grandes campos de trigo y girasoles.
El
jefe soviético Josif Stalin le hizo un flaco favor a la desaparecida
URSS, cuando reunió a todos los territorios ucranianos históricos en un
solo país al terminar la segunda guerra mundial. Ni siquiera la vecina
Moldavia, otra nación siempre en duda, se salva y hoy vive acechada por
el separatismo.
Lo
peor de todo, es que Ucrania es uno de los países donde el nazismo aún
vive, especialmente en la parte occidental de su territorio, en lo que
fue la Galitzia del Imperio Austro-Húngaro. En el pasado verano europeo,
ucranianos vestidos con uniforme de las crueles y fanáticas tropas
nazis alemanas, las Waffen SS, se arrastraron a través de viejas
trincheras, disparando sus antiguos fusiles en la reconstrucción de una
sangrienta batalla de las tropas germanas contra los soviéticos,
ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial.
Un
sacerdote ortodoxo celebró una ceremonia para los soldados caídos de la
unidad SS, en su mayoría bandoleros que cometieron los peores crímenes
especialmente como guardias en los campos de concentración hitlerianos.
El pope, imperturbable, bendijo a los hombres que portaban la esvástica
mientras hacían descender un ataúd a una tumba especial, en un entierro
ritual.
Las
escenas fueron parte de las conmemoraciones de grupos ultra
nacionalistas ucranianos, ultraderechistas de línea dura, vitoreados
como héroes por algunos cientos de viejos y mujeres.
Los
hombres homenajeados tuvieron parientes en la División SS Galizia,
(14th Waffen Grenadier Division der SS Galizien), era su nombre en
alemán, una unidad militar formada por ucranianos, que luchó contra la
Unión Soviética , la guerrilla polaca y otras fuerzas, durante la
Segunda Guerra Mundial.
Más
de 20 años después de ganar la independencia, Ucrania permanece
dolorosamente dividida por este legado histórico. El oriente que se
siente eslavo y cercano a Rusia y el occidente que pretenden ser europeo
y pro germano.
Según
uno que otro decrepito fascista, "Ucrania está en nuestras almas y
nuestros corazones". Asi justifica el haber luchado por Adolfo Hitler,
Mykhailo Yamulyk, veterano de la División SS Galizia, un hombre con más
de 80 años de edad.
Luego
desafía; "Algunos nos critican porque vestíamos uniforme alemán — Sí,
lo vestimos y nuestras armas eran alemanas, pero nuestros corazones
estaban llenos de sangre ucraniana y nunca los traicionamos."
Uno
de compañeros veteranos de las SS Galizia de Yamulyk es Michael Karkoc,
un criminal de guerra refugiado en Minnesota que comandó una unidad
punitiva alemana y que se encuentra investigado, acusado de múltiples
atrocidades contra la población civil rusa, ucraniana y polaca que
resistía a los hitlerianos.
Las
conmemoraciones anuales de la División SS Galizia da una idea de la
reacción de respaldo causada en lugares de Ucrania por las acusaciones
contra Karkoc, en contraste con el casi universal rechazo que provocaron
en Polonia, Alemania y en los propios Estados Unidos. Esas fotos y
películas que la propaganda anticomunista muestra cada vez que puede en
que se ve a mujeres supuestamente rusas entregando flores a las tropas
nazis invasoras se tomaron en 1941 precisamente en la región ucraniana
occidental.
Cada
año, en todo el país, se celebran mítines que compiten entre sí
conmemorando la Segunda Guerra Mundial, a veces terminando en peleas.
Gran parte de los ruso-hablantes del este del país, celebran la victoria
del Ejército Rojo sobre los invasores alemanes, mientras que en el
oeste de habla ucraniana, donde lucharon la mayoría de los fascistas
antisoviéticos, han sido erigidos monumentos y calles han sido nombradas
en su honor. Los veteranos reciben beneficios del gobierno, no importa
de qué lado lucharon durante la guerra.
Los
políticos están también profundamente divididos sobre el tema. El ex
presidente Viktor Yushchenko, quien orientó a Ucrania hacia occidente
después de encabezar la llamada revolución naranja del 2004, hizo
campaña para que los nacionalistas fueran honrados como héroes, aunque
los historiadores occidentales dicen que muchas de sus unidades se
dedicaron a masacrar civiles, incluidos judíos y polacos. Y el partido
nacionalista extremista Svoboda — una fuerza política en el Parlamento,
cuyos dirigentes no se privan de hacer discursos antisemitas y racistas —
glorifica a esos dudosos combatientes.
Uno
de estos individuos, el antisemita y antieslavo Stepan Bandera, un nazi
probado, se intentó que se le rehabilitara pero su caso se frustró por
los reclamos desde muchos países.
El
Partido de las Regiones, del actual presidente Viktor Yanukovych, quien
es un pan-eslavo, ha hecho campaña en contra de tratar a esos
criminales de guerra como héroes. Pero el partido ha explotado la causa
antifascista sacando ventaja en su favor. En mayo, organizó una gran
concentración en Kiev para protestar contra el fascismo y pidiendo
tolerancia, pero después de terminado el evento, activistas pro
gubernamentales se enfrentaron a los manifestantes de la oposición y
golpearon a dos periodistas que trataban de grabar la trifulca.
La
verdad es que Ucrania post-soviética ha fallado en investigar,
enjuiciar o llevar a juicio a un solo criminal de guerra, y quien lo
dice es Efraim Zuroff, el cazador judío de nazis del Centro Simon
Wiesenthal.
"Los
esfuerzos de Ucrania o la falta de esfuerzos para investigar y
enjuiciar a los criminales de guerra nazis se evalúa como un fracaso
total; No han hecho nada”, dijo Zuroff. "Llevar a estas personas a la
justicia sería políticamente muy impopular en ese país de Europa".
Este nacionalismo tiene sus raíces en la dominación de siglos del imperio zarista, del imperio austro-húngaro y de Polonia.
El
sometimiento a Varsovia hace siglos, yace en lo más recóndito del
resentimiento histórico de Ucrania contra los polacos. Cuando la Ucrania
soviética fue invadida por los alemanes durante la Segunda Guerra
Mundial, la organización de nacionalistas ucranianos cooperó con las
fuerzas nazis, especialmente por parte de los terratenientes que habían
visto colectivizadas sus tierras.
Cuando
sus cabecillas se dieron cuenta que los alemanes no tenían planes para
una Ucrania independiente, el grupo que ahora alega que lucho tanto
contra Stalin como Hitler, no reaccionaron. Las unidades militares
ucranianas, tales como la División SS Galizia o la Legión de Autodefensa
Ucraniana, permanecieron leales a Berlín.
Yevhen
Kutsik, de 86 años, era un muchacho de 16 años de edad cuando tomó las
armas y se unió a la División SS Galizia después de ver "montañas de
cadáveres de hombres inocentes torturados, incluso mujeres y niños"
dejados según él por los soviéticos. Kutsik, vestido con el uniforme
azul oscuro y gorra de los veteranos de la división al servicio de
Hitler, dijo: "Luché por mi patria, por mi gente, por mi país", pero no
tuvo explicación para las horribles matanzas de los nazis en la región.
Después de la guerra, Kutsik pasó 12 años en un campo de trabajo
soviético, en castigo por sus actividades nazis.
En
abril, se celebró un gran mitin conmemorando a la División Galizia de
las Waffen SS en Lviv. Hombres y mujeres vestidos a la usanza
tradicional ucraniana con camisas bordadas marcharon en el centro de la
ciudad, ondeando banderas azules y amarillas de la unidad de las SS,
pero también hubo un claro contingente neo-nazi mezclado en la marcha.
Algunos manifestantes llevaban gorras de las Waffen SS o uniformes que
parecen inspirados en la Wehrmacht alemana, mientras que otros hicieron
saludos nazis con el brazo en alto. Una banda de cabezas rapadas
neonazis de Rusia, marcharon junto a los nacionalistas ucranianos,
vistiendo camisetas estampadas con el SS Totenkopf, la unidad de SS de
las calaveras, la más criminal y genocida de todas.
En
otra reciente conmemoración en la aldea de Yaseniv fuera de Lviv, un
hombre joven con el símbolo de la División SS Galizia, un león tatuado
en su pierna, vestía una camiseta blasonada con el lema de los neonazis:
"Orgullo blanco en todo el mundo".
Las
matanzas de judíos representan "una mancha grande e imborrable en los
registros del movimiento nacional ucraniano", explicó Juan Pablo Himka,
un historiador de la Universidad de Alberta en Canadá, que estudia el
Holocausto en Ucrania.
Nacido
en la región de Lutsk, que es ahora parte de Ucrania occidental, el
genocida Karkoc emigró a Estados Unidos poco después de la guerra tras
mentirle a las autoridades estadounidenses sobre su papel en la Legión
de Autodefensa Ucraniana, por el que es acusado de quemar aldeas enteras
con sus casas llenas de mujeres y niños. Hay evidencias que Karkoc
estaba en la escena de las masacres, aunque no hay registros que
ordenara este horrendo proceder en castigo por el apoyo brindado a los
guerrilleros soviéticos de la época.
Vadim
Kolesnichenko, un legislador del partido gobernante, pidió a la
Fiscalía solicitar la extradición de Karkoc de los Estados Unidos y
enjuiciarlo en Ucrania. "Los crímenes nazis contra la humanidad no
tienen ninguna fecha de caducidad", dijo Kolesnichenko.
Pero
hay muchos hechos que exponen la verdad en estos casos. Por ejemplo,
muy estricto fue el alistamiento de los cuadros superiores de la
división SS ucraniana. En primer lugar había 600 oficiales, que de
acuerdo a los reclutadores, todos nazis de la SS, provenían 300 del
antiguo Ejército del Imperio Austro-Húngaro; 100 del antiguo Ejército
Polaco; 100 del antiguo Ejército de la Ucrania Independiente de la
Guerra Civil Rusa de 1918-1920; y 100 más de otros ejércitos, expulsados
por razones políticas.
Entre
los 2.000 suboficiales fue obligatorio que hubieran pertenecido al
Ejército Austro-Húngaro o al Ejército Polaco antisoviético de las
primeras décadas. Las condiciones finales que acordaron los alemanes y
ucranianos para los soldados que debían venir voluntarios fueron las
siguientes: germanos y ucranianos tendrían los mismos derechos; todos
los voluntarios debían ser de religión católica griega; lucharían en el
frente y no en retaguardia; pelearían contra los soviéticos en el Frente
Oriental y no contra Estados Unidos o Gran Bretaña en el Frente
Occidental; podrían mostrar enseñas y banderas nacionales; se
organizarían actividades culturales propias de la tradición ucraniana; y
los familiares de los soldados tendrían asistencia y prestaciones
sociales. Todos estos cuadros levantaron la 14ª División SS
Ucraniana”Galitzia” (14. Freiwilligen Division der SS Galizien).
Para
enrolar a más gente se liberó a innumerables presos ucranianos de
campos de concentración alemanes, así como los numerosos mítines que se
celebraron de jefes de la derecha y del anarquismo en la Guerra Civil
Rusa como Mikaylo Omelianovych-Pavlenko. Pero no hicieron falta más
facilidades, porque el éxito en el reclutamiento superó cualquier
expectativa, ya que se ingresaron 82.000 solicitudes, el triple de lo
previsto. Como los centros de alistamiento quedaron saturados se debió
desechar fichas, llegando a ser admitidos 29.124 de los voluntarios.
Estos
soldados quedaron integrados en los 29º, 30º y 31º SS Regimientos de
Granaderos; el 14º Regimiento SS de Artillería; los 14th Batallones
Ciclistas, Cazacarros, Ingenieros, Intendencia y Fusileros; y las 14ª
Compañías de Artillería Antiaéreas y Reconocimiento. Se formaron también
los 4º, 5º, 6º y 7º Regimientos SS Galitzianos de Policía.
Fuente: http://www.clarinet.cl/nuevo/index.php/mundo/resto/99-ucrania-nazi