FALACIA 3: “LOS QUE DEFIENDFEN A RUSIA EN EL CONFLICTO DE
UCRANIA SE OLVIDAN DEL EXPANSIONISMO RUSO Y DE SU TENDENCIA HISTÓRICA A
PRACTICAR UNA POLÍTICA AGRESIVA E IMPERIALISTA”.
El término “agresión rusa” ha inundado los titulares de
todos los medios occidentales e incluso da nombre al proyecto de ley del Senado
de E.E.U.U. introducido este mismo año- Ley 2277- “Russian Aggression
Prevention Act of 2014”.
¿Pero a qué clase de “agresión” se refiere occidente? Una
mirada rápida a la historia de Rusia de los últimos 500 años, comparada con la
de Gran Bretaña, Francia o incluso con la de América y su “Destino manifiesto”,
retrata a Rusia como una nación preocupada por dentro y a lo largo de sus
fronteras, y no por su hegemonía o expansión a nivel global.
La idea de formar lejanas colonias es algo único de Gran
Bretaña, Francia, Alemania y España. E incluso una intervención geopolítica,
económica, e incluso abiertamente militar en esas colonias es exclusivamente el
objetivo de Estados Unidos y Europa.
Sólo los Estados Unidos tienen ya cientos de bases militares
alrededor del mundo, ha estado ocupando permanentemente países como Alemania y
Japón por 50 años, Afganistán por más de una década y ha invadido y ocupado
Iraq durante casi todo este tiempo.
La “agresión de
Rusia” es un truco de márketing
El primer ministro de Canadá Stephan Harper escribió en el
diario Globe y en el Mail un artículo titulado:
“Nuestro deber es mantenernos firmes frente a la agresión
rusa”, afirmando falazmente que:
“El mundo está triste y con razón indignado por las imágenes
de los restos carbonizados del vuelo Malaysian Airlines MH17, y por la pérdida
de casi 300 personas de 11 países, esparcidos por los campos en el este de
Ucrania. Mientras el horrible trabajo de identificación de los restos de las
víctimas y la identificación de los autores de este crimen atroz apenas
comienza, el mundo puede estar seguro de una cosa: No puede haber un
debilitamiento de nuestra resolución de castigar al régimen de Putin por
amenazar la paz y la seguridad de Europa oriental y central”.
El no disimulado intento de Harper por vincular a Rusia con
la catástrofe del MH17 revela la verdad que se esconde detrás de la “agresión
rusa”: una campaña de márketing implementada por occidente para socavar los obstáculos
que se interponen a su muy real y demostrable plan de agresión global. El hecho
de que Harper presida una nación como Canadá, que no está en absoluto amenazada
por una “agresión rusa” real o imaginaria, expone aún más el carácter engañoso
de la narrativa pregonada por Occidente
Los agresores
jugando con la víctima- De Hitler a la OTAN
Desde Libia hasta Mali, Siria, Egipto o Ucrania e incluso más
allá, occidente se ha involucrado en la intromisión geopolítica directa e indirecta
y la manipulación a través de diversas formas de coerción, incluyendo las
operaciones militares y de inteligencia encubiertas amparándose en el
terrorismo, o incluso de forma abierta y directa por medio de la intervención
militar. Mientras occidente se acerca a las fronteras de las naciones capaces
de defenderse y la defensa de esos países de hecho aumenta, los expertos y
políticos han empezado a enmarcar este hecho como “agresión”. Cualquier
impedimento a la expansión occidental en toda Europa, África Asia y América del
sur se enmarca como “agresión”, al igual que en su día hizo Adolf Hitler en lo
que respecta a las naciones que se mostraban en contra de la expansión del
nazismo en la década de 1930.
En última instancia, las reclamaciones legítimas de
“agresión” y “expansionismo” podrían ser fácilmente enumeradas. Un mapa, por
ejemplo, de Europa que mostrase la supuesta expansión del territorio de Rusia
durante las últimas décadas sería un indicador de este tipo. Sin embargo, quizá
lo que ese mapa nos muestra es precisamente lo contrario: que la OTAN está invadiendo visiblemente las antiguas fronteras de
Rusia bajo el pretexto manifiesto de “conseguir una Europa completa y libre”.
Para los expertos y políticos que responden que la expansión
de la OTAN no se ha ejecutado nunca a través de ninguna “agresión”, sino por la
propia voluntad y aspiraciones de la gente que se halla dentro de estos nuevos
miembros de la OTAN, incluso los propios Estados Unidos admiten que este no es
el caso. Las llamadas “revoluciones de colores” de Serbia, Georgia o Ucrania
han sido en sí mismas diseñadas, financiadas y ejecutadas por E.E.U.U. y por
otros miembros de la OTAN para derrocar a aquellos órdenes políticos y frentes
de oposición que se oponían a la OTAN, instalando en su lugar a los órdenes
políticos que lo aceptasen. Se trata nada menos que de lo que cualquier imperio
a lo largo de la historia humana ha hecho a través de virreyes y otras formas
de representantes de la administración imperial.
De hecho, el periódico “The Guardian” admitiría en su
artículo de 2004 “La campaña de Estados Unidos detrás de los disturbios de
Kiev”, que (el subrayado es nuestro):
“Mientras que las ganancias de la adornada de naranja
“revolución castaña” son para Ucrania, la campaña es una creación americana,
todo un ejercicio sofisticado y
brillantemente concebido en la marca occidental y el márketing masivo que, en
cuatro países y en cuatro años, se ha utilizado para tratar de salvar unas
elecciones manipuladas y derrocar a regímenes indeseables.
Fundada y organizada por el gobierno de E.E.U.U.,
desplegando consultorías de E.E.U.U., encuestadores, diplomáticos, los dos
grandes partidos americanos y las ONGes de E.E.U.U., la campaña fue utilizada
en Europa por primera vez en Belgrado durante el año 2000 para vencer a
Slobodan Milosevic en las urnas.
Diez meses después del éxito en Belgrado, el embajador de
E.E.U.U. en Minsk, Michael Kozak, un veterano de operaciones similares
perpetradas en centroamérica, sobre todo en Nicaragua, organizó una campaña
casi idéntica para intentar derrotar al hombre fuerte de Bielorrusia, Alexander
Lukashenko.
Pero esta vez fracasó. “No habrá un Kostunica en
Bielorrusia”, declaró el presidente de ese país refiriéndose a la victoria en
Belgrado.
Pero la experiencia obtenida en Serbia, Georgia y
Bielorrusia tuvo un valor incalculable en el complot para derribar al régimen
de Leonid Kuchma en Kiev.
La operación –ingeniería de la democracia a través de las
urnas y de la desobediencia civil- es ahora tan astuta que los métodos han
madurado en una plantilla que es capaz de hacer ganar las elecciones a otras
personas”.
En otras palabras, en Bielorrusia, Georgia, Ucrania y
Serbia, los Estados Unidos han estado derrocando gobiernos insidiosamente no a
través de agresiones militares directas, sino a través de operaciones militares
encubiertas, políticas y de inteligencia, dirigidas a la manipulación de las elecciones
y a invadir aquellos regímenes que se negasen a aceptar los subsiguientes
resultados desvirtuados. Seguramente, entonces, tales regímenes resultantes de
esas operaciones se adherirán a la OTAN “de manera voluntaria”. Y la OTAN
estará expandiéndose a través de semejantes campañas insidiosas, violentas e
ilegales subversiones de las naciones soberanas, toda vez que ahora Ucrania ha
vuelto a ponerse en el punto de mira.
Los nazis a las
puertas (de nuevo)
Los paralelismos entre la OTAN y la Alemania Nazi son por
desgracia más que algo meramente académico. En Ucrania, el actual régimen en
Kiev apoyado por la OTAN y la Unión Europea es poco menos que nazi. Desde el
“Partido de la Patria” hasta el abiertamente neonazi partido “Svoboda” y sus
diversas alas militantes, incluyendo al ahora notorio frente del “Sector
Derecho”, el fascismo de extrema derecha está de nuevo siendo la punta de lanza
del expansionismo dentro- que no fuera- del territorio ruso.
Los actuales intentos por parte de Occidente por retratar la
preocupación de Ucrania y la amenaza nazi enconándose en su umbral para rememorar
la invasión del líder soviético Josef Stalin sobre Polonia con el objetivo de
despertar los temores y la histeria programada desde hace tiempo en las mentes
de las audiencias occidentales, proporciona no obstante un valioso paralelismo
histórico. Mientras que la invasión de Polonia supuso una violación de la
soberanía nacional de ese país y un acto de guerra, eso se hizo con el objetivo
de crear una barrera entre la Unión Soviética y la ascendente Alemania Nazi de
Adolf Hitler. Tal barrera fue sin duda uno de los factores que permitieron un
contragolpe contra la Operación Barbarroja de Hitler: la invasión de Rusia
supuso al final una contraofensiva que se convirtió en la marea que barrió a
Hitler y al fascismo en Europa.
Además de la causa y el efecto, hay algunas otras
similitudes entre la invasión de Polonia por Stalin y la de hoy en día con el
apoyo político de la Federación de Rusia a los ucranianos orientales que están
combatiendo al régimen de Kiev durante estos meses con un éxito creciente. Además
de la misma variedad de consideraciones dudosas que Occidente ha fabricado
contra naciones como Iraq, Libia y Siria para justificar la guerra contra
ellas, son escasas en términos de
evidencias las producidas por Washington, Londres o Bruselas para afirmar sus
reiteradas acusaciones de que Rusia está “invadiendo” el este de Ucrania. En
cambio, Rusia ha optado por refrenarse a pesar de los múltiples intentos de
occidente por intentar involucrarla en una abierta intervención militar en
Ucrania. Y en ese retraimiento, ha asegurado un creciente consenso global
impulsado desde hace tiempo por los penosos intentos de occidente por disfrazar sus agresiones
globales y expansionismo de “promoción de la democracia” e “intervenciones
humanitarias”.
Fuente: http://www.globalresearch.ca/the-myth-of-russian-aggression/5394632
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La nueva Guerra Fría que puede convertirse en caliente entre EEUU y la UE contra Rusia
Esto nos ha llevado a una situación en la que uno de los analistas estadounidenses más creíbles, estudioso de la Unión Soviética de antes y de la Rusia de ahora, el profesor Stephen F. Cohen, acaba de escribir un artículo alarmante, “Patriotic Heresy vs. the New Cold War” en la revista The Nation (27.08.14), en el que indica que “nunca habíamos llegado a una situación de enfrentamiento tan clara entre EEUU y Rusia desde la crisis de los misiles en Cuba del año 1962 (…) de manera que no es inimaginable que pudiera haber una guerra entre los ejércitos de la OTAN, dirigidos por EEUU, y Rusia. En realidad, la situación es más peligrosa incluso ahora que entonces”.
Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
Leyendo la prensa española (lo cual hago cada mañana, junto con la prensa extranjera) me sorprende y preocupa que parece no haber conciencia en España de que se está creando una situación, con la reavivación de la Guerra Fría, que puede desembocar en un conflicto bélico entre EEUU y sus aliados (y muy en particular la Unión Europea) por un lado, y Rusia por el otro. En este momento, la mayoría de los medios españoles presentan lo que ocurre en Ucrania como un conflicto entre el gobierno ucraniano y unos secesionistas que se presentan como marionetas del gobierno ruso presidido por Putin, al cual se define como un ser casi patológico, caracterizado por sus ansias imperialistas, que es capaz de enormes maldades, como facilitar el derribo de un avión civil cuando atravesaba el territorio ucraniano. De esta manera, los medios, dóciles ante el poder, están haciendo su labor guerrera movilizando a la opinión popular para reafirmar esta visión, como hicieron durante los años de la Guerra Fría, que creíamos que había terminado.
El profesor Cohen lleva razón.Leyendo los mayores medios de información extranjeros, se tiene esta sensación de que estamos ya en un momento enormemente peligroso y preocupante. En España, la mayoría parece repetir el mensaje dominante de que hay que parar el imperialismo ruso, repitiendo los mismos eslóganes y narrativas que cuando hablaban del imperialismo soviético. En toda esta campaña propagandística se ignoran muchos hechos, entre los cuales los más notables son:
1. No es Rusia la que tiene bases militares rodeando todo el territorio estadounidense con misiles apuntando a EEUU. Mire el mapa y se verá que no hay bases militares rusas alrededor del territorio estadounidense. Mire ahora el territorio alrededor de Rusia y verá que está rodeada de bases militares con misiles y bombas nucleares, por todas partes de la frontera: Norte, Centro y Sur. Es Rusia, no EEUU, quien tiene razones para estar más que preocupada. Es EEUU el que está cercando más y más a Rusia. No a la inversa. Esto, que es obvio, es silenciado en los medios españoles.
¿Quiénes son más responsables por las tensiones?
2. Quien inició las tensiones en Ucrania no fue Rusia, sino EEUU, en cuyo gobierno hay fuerzas muy poderosas, tanto en el Departamento de Estado como en el Pentágono, que quieren que Ucrania se integre en la OTAN. No se puede entender lo que ocurre en Ucrania sin entender lo que está ocurriendo también en EEUU. En este país hay un agotamiento y rebelión de la población frente al enorme coste que supone la continuidad de guerras y conflictos bélicos que se realizan, con un gran coste humano, incluyendo el bienestar de las clases populares de EEUU. El gobierno federal es el Estado más armado del mundo y es, a la vez, el que ofrece menos seguridad y protección social a sus ciudadanos: EEUU tiene el Estado del Bienestar menos desarrollado de los países de la OCDE (el grupo de países más ricos del mundo). La política del Presidente Obama de deshacerse de las guerras de Irak y Afganistán y su gran resistencia a iniciar otros conflictos bélicos se debe precisamente al rechazo popular a añadir más guerras al largo historial de conflictos bélicos que caracterizan la política exterior de EEUU.
Hoy la industria armamentista y el complejo político que sustenta (que el Presidente Eisenhower denunció en su día como Complejo Industrial Militar) está a la defensiva porque su mayor justificación –la lucha contra la Unión Soviética- ha desaparecido. Tal complejo está ahora intentando por todos los medios que la OTAN continúe expandiéndose a fin de justificar su poder dentro de EEUU. Y Ucrania es la oportunidad. Los belicistas de la Guerra Fría continúan ejerciendo una gran influencia en el Departamento de Estado y en el Pentágono.
3. Uno de estos personajes, heredado de la Administración Bush, es quien dirige la Oficina Europea del Departamento de Estado (equivalente al Ministerio de Asuntos Exteriores) del gobierno federal de EEUU. Se trata de Victoria Nuland, que dirigió la ayuda al golpe en contra del gobierno democráticamente elegido en Ucrania, desplazándose hasta allí, y que, junto con el Embajador de EEUU, estuvo en la plaza Maidan, simbolizando el apoyo al nuevo gobierno que no había sido elegido y cuyas primeras medidas eran claramente hostiles hacia la población rusa que vive en grandes regiones de Ucrania, nombrando también, en puestos claves del gobierno, a militantes nazis herederos de los partidos que habían apoyado la invasión nazi de la Unión Soviética. Imagínese por un momento qué hubiera ocurrido si la persona encargada de asuntos estadounidenses en el gobierno ruso hubiera ido a la plaza de Nueva York donde se inició el movimiento Occupy Wall Street y hubiera animado a los rebeldes estadounidenses a tomar el gobierno federal en Washington. ¿Cree que el gobierno federal de EEUU (rodeado en esta analogía por bases militares con misiles y bombas nucleares en Canadá, en Méjico, en Honduras, en Guatemala o en Bermudas) permanecería pasivo? ¿Quién es el responsable de las tensiones?
No se están respetando pactos que se habían realizado
4. Cuando la Unión Soviética se disolvió, hubo un acuerdo de que la OTAN no se expandiría hacia el Este y quedó claro que Ucrania no se integraría en la OTAN. Esto está claro, e incluso la Sra. Merkel, presionada por los cancilleres Khol y Schmidt, lo ha reconocido. ¿Por qué, entonces, no se denuncia que el Secretario General de la OTAN, siguiendo los deseos de los belicistas del Departamento de Estado y del Pentágono, haya invitado al gobierno ucraniano a que se integre en la OTAN? ¿No ven que esto es un acto de provocación enorme a Rusia?
5. Los supuestos secesionistas y títeres pro rusos no fueron secesionistas en sus orígenes, pues pedían el desarrollo de una Ucrania federal, lo cual es lógico, pues aquel país está compuesto de varias naciones. La intolerancia del gobierno de Ucrania para negociar esta posibilidad es lo que está llevándoles a posturas secesionistas. Y el hecho de que no son títeres se evidencia en que en varias ocasiones no han seguido los deseos del gobierno Putin. Cuando Putin, creyendo que representaba sus puntos de vista, llegó a una serie de acuerdos que no habían sido consultados con ellos, los supuestos títeres se distanciaron de los acuerdos. En realidad, aunque hay una gran variedad de sensibilidades entre los pro rusos, una gran parte son movimientos de izquierdas herederos de los luchadores antinazis, con un gran componente comunista. Una de las primeras medidas que impuso el nuevo gobierno ucraniano fue precisamente la prohibición del Partido Comunista ucraniano. Lo último que desea Putin es la reavivación del comunismo en Rusia (Léase Elena Koroleva, “Ilegalización del Partido Comunista de Ucrania, una peligrosa farsa en tiempos sangrientos”, Rebelión, 28.02.14).
6. No está claro lo ocurrido con el vuelo 17 de Malaysia Airlines el día 17 de julio de este año, sobre territorio ucraniano. El gobierno federal ha acusado a los rebeldes pro rusos de haber derribado el avión con armas obtenidas del gobierno Putin, lo cual podría ser, pero no se han presentado pruebas que lo confirmen. Los rebeldes pro rusos lo niegan y también lo niega el gobierno Putin y han provisto información, mostrando como el avión se había desviado de la ruta normal y que estaba siendo seguido a una distancia de 3 o 4 kilómetros por un avión militar perteneciente a las fuerzas aéreas del gobierno ucraniano. El gobierno ruso ha pedido que se haga una investigación internacional, petición que no ha obtenido respuesta ni del gobierno ucraniano ni del gobierno federal de EEUU.
La absurdidad de demonizar a Putin
7. La demonización del Sr. Putin es parte de una campaña propagandística que sigue los pasos de un libro de texto de la guerra en los medios de información, pero está dificultando enormemente la comprensión y la solución del problema. Es interesante señalar que algunos de los mayores arquitectos de a 1ª Guerra Fría están ahora en contra de esta 2ª Guerra Fría, considerándola negativa para los intereses de EEUU. Están subrayando que esta demonización de Putin está estimulando que se reavive la alianza geopolítica Rusia-China que amenaza al gobierno de EEUU. Algunas de las voces más críticas de esta demonización de Putin son nada menos que Henry Kissinger, el Sr. Jack Matlock, el embajador de EEUU en la Unión Soviética en la época de Reagan, y la senadora Dianne Feinstein, Presidenta del Comité de Inteligencia del Senado de EEUU, que han indicado que esta campaña de demonización de Putin y del gobierno ruso va en contra de los intereses de EEUU. Aunque en su lenguaje, intereses de EEUU quiere decir intereses del mundo empresarial estadounidense, la realidad es que esta 2ª Guerra Fría está también perjudicando enormemente (como también lo hizo la 1ª Guerra Fría) el bienestar de las clases populares de EEUU y de Europa, además de las clases populares de Ucrania.
La Unión Europea debería oponerse a esta situación. Como ya indiqué en otro artículo, he criticado extensamente a la Unión Soviética, hasta tal punto que mis libros fueron prohibidos en aquel país durante el gobierno soviético. Y también he escrito críticamente sobre el gobierno Putin, denunciando la falta de libertad y democracia en aquel país. Pero es un suicidio continuar con la estrategia actual, porque el comportamiento del gobierno Putin es lógico y racional y responde a las provocaciones, que, por desgracia, vienen del Oeste.
Debería poder establecerse un Estado federal en Ucrania que incluyera las diferentes naciones y culturas dentro de un país que podría ser, como Finlandia, incluso miembro de la Eurozona si así lo deseara (con los costes que ello implicaría), pero sin pertenecer a la OTAN, cuya desaparición, por cierto, sería un paso positivo para relajar la tensión internacional. Hasta ahora, las intervenciones de la OTAN y/o de las fuerzas militares de EEUU y de las UE en Irak, Libia y Siria han sido auténticos desastres. Hoy, las fuerzas terroristas en cada uno de estos países representan un peligro mucho mayor que antes de que intervinieran. ¿Que no se dan cuenta?
Una última nota personal
8. Una última nota personal. Recibo con cierta frecuencia notas de los lectores de mi blog que, al leer artículos con noticias que no leen en la prensa diaria, me piden que escriba en tales medios para que alcancen una mayor difusión. Agradezco el halago de estas notas, pero, francamente, me irritan, pues parecen desconocer su país. Que mis escritos no aparezcan en los mayores medios no es porque yo no lo desee sino porque no los publican. Les rogaría que, en lugar de escribirme a mí, escriban y denuncien a los medios por vetarme a mí, entre otros, que presentamos visiones críticas con la sabiduría convencional. Como bien dice mi amigo Noam Chomsky en EEUU, el veto de las voces críticas es, por desgracia, una muestra de que llevamos razón. La dictadura mediática (que es incluso más acentuada en España) es el mayor defecto y debilidad de la democracia. Por desgracia, todavía no hay plena conciencia a nivel de la calle de la existencia de esta dictadura. A aquellas personas que crean que estoy exagerando, les invito a que me digan dónde, en los mayores medios de información españoles, aparecen los datos y observaciones que aparecen en mis escritos sobre Ucrania, incluyendo éste. Y verán que prácticamente en ninguno. Así es España.
Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/10930/la-nueva-guerra-fria-que-puede-convertirse-en-caliente-entre-eeuu-y-la-ue-contra-rusia/
CONCLUSIÓN
Sólo las víctimas de la propaganda occidental puden todavía afirmar que Europa está amenazada por el "expansionismo ruso", a la vez que se muestran ciegas ante el hecho de que el mapa nos enseña una OTAN cada vez más encima de las fronteras rusas. Pero no nos engañemos, este estrategia no viene de ahora, sino que se remonta a la época de G.W. Bush hijo. Un excelente documental francés del año 2005 nos revela la verdad tras los deseos imperialistas de occidente bajo la excusa de querer "democratizar el mundo": el plan de aislar a Rusia ya estaba en marcha por aquel entonces.
https://www.youtube.com/watch?v=IjbxKVE9Umg
https://www.youtube.com/watch?v=IjbxKVE9Umg
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